Cuando empiezan a bajar las temperaturas es cuando nos empezamos a replantear las necesidades que tenemos en calefacción o próximas reformas para que la próxima temporada de frío, no pille con la casa bien acondicionada.
El primer punto a plantearte cuando vayas a reformar tu calefacción o a instalarla de nuevo son tus necesidades. ¿Dónde vas a instalar la calefacción? ¿Es un espacio grande? ¿Está bien aislado? Este primer paso nos dará alguna respuesta acerca de las opciones óptimas de instalación de emisores de calor y tipo de calefacción.
El segundo punto es el tipo de calefacción o fuente de calor que vamos a instalar.
En la actualidad tenemos varias opciones donde elegir:
Esta fuente de calor es un clásico que se viene utilizando desde hace ya bastante tiempo, aunque ha mejorado con el tiempo. Su funcionamiento es muy simple, la combustión de gas calienta el agua de una caldera y la convección hace que el agua circule a través de la fuente de calor de nuestras casas, normalmente radiadores.
Al igual que la anterior, pero en este caso la combustión se crea con la biomasa, esta fuente de calor es mucho más respetuosa con el medio ambiente.
Es la más utilizada en la actualidad por ser una de las más eficientes. Se trata de extraer el aire caliente del ambiente y potenciarlo a través de los conductos de la calefacción.
Un clásico, las estufas o radiadores que encendemos a la corriente eléctrica.
Por último, dependiendo de las anteriores y de la estética elegiremos el emisor del calor. Cuando hablamos de emisor del calor nos referimos a los radiadores, ya que puedes encontrar varios tipos. A continuación, te dejamos un breve resumen de los tipos de radiadores que puede encontrar y cuando te recomendamos utilizarlos.
Para empezar tienes que saber que hay dos tipos de radiadores: de agua o eléctricos.
Los radiadores de agua contienen un circuito en su interior que recorre el agua caliente, esta agua se mueve a través de convección dejando el agua caliente que suba y baje cuando se refresca. Estos radiadores siempre van conectados a una caldera.
El otro tipo de radiador, el eléctrico, contiene resistencias eléctricas o aceite que reparte el calor a través de la superficie del radiador.
Los que vamos a ver a continuación son de agua:
Son los más antiguos, se han utilizado normalmente en calefacción. En los últimos años se empezaban a cambiar por otro tipo de radiadores que veremos a continuación, pero las tendencias y estética industrial ha conseguido que vuelvan a ser tendencia.
Estos radiadores tienen un tiempo de reacción medio, lo que significa que tardan un poco en calentarse, ya que la superficie de hierro tarda más en calentarse, pero mantienen durante más tiempo el calor y son más resistentes a la corrosión y el paso del tiempo. Es por esta última razón que su precio puede ser más alto.
Formados por chapas de acero los hacen muy resistentes y tienen una rápida reacción, esto significa que se calientan muy rápido. Por otro lado, aunque el acero es bastante resistente a la corrosión, hay que tener en cuenta que no es tan resistente como la gama anterior.
Los radiadores de aluminio se fabrican, como su propio nombre indica, de aluminio lo que debido a su ligereza y maleabilidad permite una amplia gama de diseños. Además, es el más rápido en cuanto a reacción, es el que más rápido se calienta.
En cambio, hay que tener en cuenta que estos radiadores son unos de los menos resistentes, es por eso que el precio es más económico.
Por último, tenemos otro tipo de radiadores más especiales, por ejemplo, de diseño o en forma de toallero, especiales para el baño.
Los de diseño, normalmente se fabrican a medida, en tamaño y diseño, estos radiadores, en cambio, suelen tener velocidades de reacción muy altas…
Los toalleros, están diseñados para secar toallas y calentarlas y su uso ha aumentado en los últimos años.
Si estás pensando en cambiar tus radiadores o empezar con tu calefacción, no lo dudes y llámanos, en Fontanería Marco te orientaremos para que tu calefacción se adapte a tu casa y a tus necesidades.